Destello de Mikel Arranz

PONER PALOS EN LA RUECA DEL DESCOSIDO

¿Se superará en  Vincennes la antipatía entre los discurso, el universitario y el analítico? Por supuesto que no. En ese lugar, se la explota, por lo menos desde hace cuatro años, en que yo me ocupo. La enseñanza se renueva confrontándose con su imposible, se constata. (1)

No está dicha la última palabra sobre la transferencia y la interpretación. Seguimos conversando. Me gusta como lo plantea María Eugenia Cora: “En tiempos de la evaporación del Nombre del Padre navegamos en el mar de lalengua, cada uno solo con su aparato delirante, con su esfuerzo de traducción, a la pesca de lo nuevo”. “Se trata de leer el síntoma a partir del todos delirantes, orientados por lo real, con el analista soporte de lo intraducible.” (2)

¿Son válidas aún las nociones clásicas de Freud y Lacan en relación a la transferencia? Seguro que sí, la suposición de saber no se eliminó para siempre, aunque no sea cosa que hoy se instala de forma sencilla. Por cierto, no hay que desdeñar las dificultades que ya tuvo Freud con sus pacientes, para que aceptaran sus interpretaciones. Recuérdense las reticencias de Dora. No hay porque pensar que por el hecho de que Freud era Freud, con él la instalación de la transferencia y la interpretación eran cosa de coser y cantar. Llorar con nostalgia por los tiempos de la verdadera transferencia y la buena interpretación resulta estéril para el discurso analítico. El psicoanálisis como ha planteado recientemente Miller “es ante todo una práctica, no ante todo una teoría” (3).

Laurent en Disrupción del goce en las locuras bajo transferencia se refiere a la interpretación como jaculación (4) retomando la última enseñanza de Lacan. Apoyándose en la referencia al “Otro roto” (5) dice:-“hay que escuchar la ruptura del analista con su anclaje en la suposición. No está en el lugar del sujeto supuesto saber, está en el lugar del que sigue.” (6), lo cual remite al lugar de secretario. Me pregunto si podemos pensar hoy, en la época del “todos locos”, el lugar del que sigue en la transferencia, como algo ya cotidiano, habiendo quedado el SsS más marginal.

¿De qué se trataría ésta interpretación jaculatoria?, ¿De qué va una interpretación que no sea para aportar un S2, pero a la vez con efectos de “sentido real”?.  Laurent señala que “Este despertar está conectado con la producción de un efecto de sentido real como producción de un vacío subjetivo.” (7), un poco al modo Zen.

Se trataría quizás de una interpretación que permitiera horadar lo suficiente el molesto anudamiento sintomático del parletre, para que pueda armar un nuevo arreglo sinthomático con su goce . Separarse de algunos significantes amos no garantizaría que no se erigieran otros después a los que amarrarse de nuevo, de forma interminable. Por ello se trataría también de extraer el objeto (a) de su lugar de taponamiento en la fijeza del fantasma, para abrir un nuevo hueco, un vacío que permita armar un nuevo anudamiento.

Miller en C.S.T. indica como en el inicio de análisis la articulación del síntoma al analista es “un momento de cierre”, “un taponamiento de la hiancia”. Eso de lo que el sujeto no quiere saber de su síntoma “se embraga sobre el discurso analítico”. Si bien en un primer tiempo “el síntoma se identificaba a la realidad cotidiana” imaginariamente, en un segundo tiempo emerge como “rajadura”, “incidencia de su relación con el objeto a”, en su “estatuto de real”. Es un tercer tiempo que “el síntoma cristaliza a partir del significante de la transferencia”. La neurosis de transferencia vendría al lugar de “restituir al síntoma su estatuto simbólico”. (8)

Aliarse con el inconsciente de la época, con el roto del Otro de hoy en día, nos permite pensar un lugar pragmático desde el que maniobrar en la transferencia.  Apuntar vía interpretación jaculatoria al vacío que deja esa rotura del Otro, sin procurar hilvanarlo todo con sentido, podrá producir efectos de despertar. Si el Otro está roto, no hay remiendo posible que venga del Otro, que el Otro se arreglará al fin es cosa de soñador. Se trata de apostar a una “clínica irónica” como plantea Miller. Del otro lado es la interpretación como maquinita de aportar sentido, como las 3 parcas con su rueca hilando la vida. Despertado a esa rasgadura en cambio, el parletre quizás pueda inventar un apaño, significante nuevo mediante.  Miller nos plantea que “en vez de estar contaminado por el sueño, este significante nuevo desencadenaría un despertar” (9). Quizás bajo transferencia, la interpretación analítica permita armar un palo que detenga la rueca del destino y así con el desgarrón hacer otra cosa. Para ello parece pertinente antes, localizar el S1 traumático en torno al cual el analizante delira sin parar como un descosido, “cernir el significante como fenómeno elemental” (10) para que pueda salir un poco de la interminable repetición de sus fantasías de un Otro al fin reparado. El significante nuevo no se ocuparía ya de arreglar interminablemente ese Otro.

¿Y la interpretación en la psicosis? Sí el psicótico interpreta, con el discurso analítico “acompañamos el lenguaje que se hace cargo del goce”, apuntando a obtener “una estabilización, una homeostasis, una puntuación”. La psicosis enseña al analista como el consultorio puede volverse un lugar de “silencio” (11), donde el analista que sigue, podría favorecer no la restauración de ese Otro roto que no para de hablar, sino quizás una nueva identificación, algún invento que detenga la irrupción ilimitada de goce.

Un analizante aquejado de cansancio crónico empieza a escribir poemas, me escribe uno, con él me quiere decir “que soy un artesano de las palabras, que lo que le digo le afecta al cuerpo, sale mejor de las sesiones y ya no piensa tanto”. Son palabras que al parecer no le llenan de sentido, sino que permiten el vacío necesario para su propio tratamiento poético de la cosa.

Mikel Arranz. Psiquiatra, AP, Miembro de la ELP y la AMP. 

  1. Lacan, J. Journal d’Ornicar?-Transfert a Saint Denis? ¡Lacan por Vincennes!. Todo el mundo es loco. Scilicet. P.21.
  2. Cora, M.E. Forclusión generalizada y lo intraducible. Todo el mundo es loco. Scilicet, p 39.
  3. Miller, Jacques-Alain. La escucha con y sin interpretación. p 74.
  4. Laurent, E. Disrupción del goce en las locuras bajo transferencia. Freudiana 84.
  5. Lacan, Jacques. “Le Séminaire, livre XXII, R.S.I”. Leçon du 11 février 1975. Ornicar?, n° 4, pp 95-96.
  6. Laurent, E. Disrupción del goce en las locuras bajo transferencia. Freudiana 84.
  7. Laurent, E. Disrupción del goce en las locuras bajo transferencia. Freudiana 84.
  8. Miller, Jacques-Alain. C.S.T. p 8.
  9. Miller, Jacques-Alain. El ultimísimo Lacan. p. 145.
  10. Miller, Jacques-Alain. La interpretación al revés.
  11. Laurent, E. La interpretación ordinaria. Freudiana 76. p 147.

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