“Cuanto estorbe proseguir la cura puede ser la exteriorización de una resistencia […] la enferma ya no intelige nada, parece absorta en su enamoramiento, y semejante mudanza sobreviene con toda regularidad en un punto temporal en que fue preciso alentarla a admitir o recordar un fragmento muy penoso y fuertemente reprimido de su biografía. Vale decir, el enamoramiento existía desde mucho antes, pero ahora la resistencia empieza a servirse de él para inhibir la prosecución de la cura, apartar del trabajo todo interés y sumir al médico analista en un penoso desconcierto […] la cura tiene que abrirse paso a pesar de esta trasferencia amorosa y a través de ella[…] Uno retiene la trasferencia de amor, pero la trata […] como una situación por la que se atraviesa en la cura, que debe ser reorientada hacia sus orígenes inconscientes y ayudará a llevar a la conciencia lo más escondido de la vida amorosa de la enferma”
Freud, Sigmund. “Puntualizaciones sobre el amor de trasferencia”. Obras completas. Tomo XII. Amorrortu, Buenos Aires, 1991, p.166-169