“El DSM se propone como la posibilidad de un diagnóstico automático. A este diagnóstico se arribaría sin que nadie necesite pensar. En esta forma de diagnosticar, el instante de ver se encuentra cortocircuitado con el momento de concluir y de esta manera el tiempo de comprender queda elidido. Se concluye sin el sujeto que, eventualmente duda, sujeto que no puede carecer de la orientación que a veces da la angustia como índice cierto de lo real”
Scheinkestel, Adrián. “La epistemología del diagnóstico y la clasificación”. Psiquiatría y psicoanálisis. Grama, Buenos Aires, 2007, p. 69-70.