[…] cada diagnóstico se refiere a una clase y nuestras clases diagnósticas tienen un pasado impresionante que se puede seguir a través de los siglos. Pero las clases no tienen un fundamento en la naturaleza y en la observación. Nuestras categorías no son especies naturales (la psicosis no lo es, tampoco la neurosis), y lo que distingue a nuestra época es que sabemos eso. Sabemos del artificio de nuestras categorías, que tienen como fundamento la práctica lingüística de los que tienen que ver con lo que se trata: las clases tienen como fundamento la conversación de los practicantes. Por eso hacemos conferencias con preguntas y respuestas, jornadas de trabajo, coloquios, etcétera”
Miller, Jacques-Alain. “El ruiseñor de Lacan”. Del Edipo a la sexuación. Paidós, Buenos Aires, 2001, p.253.