Destellos

«DESTELLO» de ESTHELA SOLANO-SUÁREZ

La relación con el cuerpo.

En el Seminario XXIII, Joyce le sinthome, Lacan expone su lectura de la relación de Joyce con su propio cuerpo, la cual es extraída del relato que hace Joyce en su libro Retrato del artista en hombre joven, donde cuenta una escena de su vida de joven estudiante. Consecutivamente a una disputa intelectual versando sobre poetas, cuatro o cinco camaradas arrinconan a Joyce y le dan una paliza monumental. Una vez que se pudo liberar, éste relata que no sintió ningún afecto frente a la violencia de la cual fue objeto. Y es este detalle el que llama la atención de Lacan. ¿Cómo es posible que no sintiera cólera, odio, o humillación, furor, detestación, deseo de venganza, ante tal afrenta gratuita ? Ademas Lacan encuentra muy curioso que Joyce use como metáfora relativa al episodio la idea de que este acontecimiento se evacuó para él « como un pellejo ».

¿Es que Joyce era masoquista ? se interroga Lacan para concluir que no, ya que no gozó de la paliza, sino que sintió como asco de su cuerpo. Lacan encuentra en esta narración de Joyce el indicio de un dejar caer relativo a su cuerpo, el indicio de un desapego sospechoso. ¿Cómo es posible un tal desapego relativo al cuerpo cuando sabemos que la imagen del cuerpo para los seres hablantes es el territorio de una secreta y permanente adoración ?

Es a partir de este detalle clínico que Lacan deduce que la función del ego, que él define como la idea de si mismo como cuerpo, fuente del narcisismo, no funciona así para Joyce.

Lacan se orienta hacia una lectura borromeana del episodio relatado y concluye que éste pone al descubierto en Joyce, una « falta », un « error » en el nudo borromeo que sostiene la triplicidad del parlêtre. En este caso el registro simbólico en lugar de pasar por debajo del redondel de lo real, pasa por arriba, y por esta razón, el redondel del imaginario que no esta sujetado o atado, se libera deslizándose como un pellejo, y se va solo, separado de los otros dos.

Lacan propone que Joyce corrigió el error de anudamiento, que da razón del defecto de su ego, gracias a la función de la escritura, construyéndose gracias a ésta, como autor, un ego corrector del defecto del nudo.

Lacan nos procura así una lección clínica preciosa. Nos invita a tener en cuenta los signos discretos que pueden indicarnos aquello que no funciona en la relación con el propio cuerpo, relación que es siempre imperfecta para todos los parlêtres, pero que no obstante puede presentar problemas considerables en algunos casos. ¿Cómo ese cuerpo que nos es siempre tan extranjero se anuda o no al círculo del inconsciente y al círculo que ek-siste a lo imaginario y al inconsciente como real fuera de sentido ?

¿Cómo se sostiene esa relación con el cuerpo para cada uno ? Y si ella no se sostiene, ¿cuáles son los arreglos, los anudamientos, las costuras posibles a las cuales un trabajo de análisis puede abrir la vía ?

Esthela Solano Suárez. Psicoanalista en Paris, AME en la ECF, NLS, EOL y de la AMP. Ex-AE. Docente de la Sección Clínica Paris-Saint Denis, DESS de psicología clínica y patología–Estrasburgo, DEA del Campo Freudiano por la Universidad París VIII.

 

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