«DESTELLO» DE MARÍA JOSE HERRERA
NEODESENCADENAMIENTO/DESENGANCHE Y PSICOSIS ORDINARIA
En “De una cuestión preliminar…”, Lacan desarrolló su hipótesis sobre la estructura de la Psicosis. Esta estructura respondería a la forclusión del Nombre del Padre y a la falta de significación fálica. Esta forclusión y esta falta estarían en el origen de los abismos que pueden presentificarse a los sujetos en lo simbólico y en lo imaginario respectivamente.
El desencadenamiento es un término lacaniano con el que designamos el inicio clínico de una psicosis en el que suele unirse “una causa accidental (el encuentro con Un-padre), la disolución de un elemento estabilizador (una identificación) y la operatividad de una causa específica (la forclusión del significante paterno”(1). Se trataría de un momento en lo que el sujeto no puede responder desde lo simbólico a la eventualidad de un encuentro contingente. En el desencadenamiento clásico hay un contraste marcado entre el antes y el después de que este se produzca.
¿Qué se observó en la clínica para que se abriese “un programa de investigación” en torno a la existencia de lo que llamamos la “psicosis ordinaria”?
Lo que motivó los desarrollos teóricos que se desplegaron en “El conciliábulo de Angers”(1996), “La conversación de Archacon”(1997) y La “La convención de Antibes”(1998) fue la detección en la clínica de lo que en principio se llamó como “casos raros” en donde se observaban formas de “desenganche” que se diferencian del desencadenamiento cásico.
El término neodesencadenamiento-desenganche, utilizado en referencia a la psicosis ordinaria, daría cuenta de los efectos parasitarios del lenguaje en estos sujetos y de las dificultades de los mismos para enlazarse al discurso. Desde la clínica del último Lacan el “neodesencadenamiento correspondería al desprendimiento del broche, sea cual fuere toda forma de insuficiencia de lo que constituía un punto de basta para un sujeto” (2), un broche que anudaba los tres registros. En la clínica del Sinthome, MILLER propuso llamar “desenganches” a las crisis suscitadas por ciertas disfunciones del “aparato síntoma”: ya sea un desencadenamiento (Po), una entrada a la psicosis (0) o una desestabilización”.(3)
En las Psicosis ordinaria, el contraste entre el antes y el después del neodesencadenamiento no es tan marcado (4). Se trataría de psicosis a las que JAM llama el tipo débil. “Cuando la estructura tiene más bien el aspecto débil, y el sujeto elaboró un síntoma que se desliza, a la deriva, el caso no se presta a un franco desencadenamiento” (5)
Maria Jose Herrera, psicoanalista, coordinadora del Seminario del ICF en Murcia.
(1) J.-A. Miller y otros, L psicodis ordinaria, Buenos Aires, Paidós 2011, p.50
(2) Ibid, p.43
(3) Ibid, p.74
(4) Ibid, p.238
(5) Ibid, p.238