“Hemos partido de la terapia de la histeria de conversión; en el caso de la histeria de angustia (las fobias) debemos modificar algo nuestro procedimiento. En efecto, estos enfermos no pueden aportar el material decisivo para la resolución de la fobia mientras se sientan protegidos por la observancia de la condición fóbica. Desde luego, no se consigue que desde el comienzo de la cura renuncien al dispositivo protector y trabajen bajo las condiciones de la angustia. Es preciso entonces asistirlos traduciéndoles su inconciente hasta el momento en que puedan decidirse a renunciar a la protección fóbica y exponerse a una angustia, muy moderada ahora. Solo cuando hacen esto último se vuelve asequible el material en cuyo gobierno lleva a la solución de la fobia”.
Freud, S. (1910). Las perspectivas futuras de la terapia psicoanalítica. Obras Completas. Vol.XI. Buenos Aires: Amorrortu Editores. P.137.