Citas 18

En un individuo, la angustia será provocada por la magnitud del peligro o por la ausencia de ligazones afectivas (investiduras libidinales); esto es lo que ocurre en la angustia neurótica. De igual modo, el pánico nace por el aumento del peligro que afecta a todos, o por el cese de las ligazones afectivas que cohesionaban a la masa; y este último caso es análogo a la angustia neurótica.

Freud, S., (1921/1992). “Psicología de las masas y análisis del yo”. Obras completas. Tomo XVIII (pp 92-93). Buenos Aires: Amorrortu Editores.

Hasta ahora no hemos tenido ocasión ninguna de considerar a la angustia realista de otro modo que a la neurótica. Conocemos la diferencia; el peligro realista amenaza desde un objeto externo, el neurótico desde una exigencia pulsional. En la medida en que esta exigencia pulsional es algo real [Real], puede reconocerse también a la angustia neurótica un fundamento real. Hemos comprendido que la apariencia de un vínculo particularmente íntimo entre angustia y neurosis se reconduce al hecho de que el yo se defiende, con auxilio de la reacción de angustia, del peligro pulsional del mismo modo que del peligro realista externo, pero esta orientación de la actividad defensiva desemboca en la neurosis a consecuencia de una imperfección del aparato anímico.

FREUD, S., (1926 [1925]/1992). «Inhibición, síntoma y angustia». Obras Completas. Tomo XX (p. 156). Buenos Aires: Amorrortu Editores.

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