Destello de Ivana Maffrand

Histeria: no todo nuevo en la actualidad

Se sueña «para ganar un plus de gozar más allá del deseo del Otro»[1]

Esta frase tomada del texto de presentación de la conversación me ha resultado muy sugerente al remitirme a un texto de Lacan y al relato de una joven analizante.

En su escrito “La dirección de la cura y los principios de su poder” Lacan revisita el sueño de la bella carnicera denunciando las desviaciones de algunos analistas que desdeñan, dice, el sueño como instrumento para el análisis “buscando caminos más seguros y más directos para traer al paciente hacia los buenos principios, hacia los deseos normales, los que satisfacen las verdaderas necesidades”[2]

Lacan elogia la agudeza de Freud al interpretar en ese sueño el deseo de mantener un deseo insatisfecho y señalando a su vez el lugar de la “otra mujer” en la fantasía histérica como elemento organizador del deseo, garante de un no-todo.

“El deseo se produce en el más allá de la demanda por el hecho de que al articular la vida del sujeto a sus condiciones, poda en ellas la necesidad, pero también se ahueca en su más acá, por el hecho de que, demanda incondicional de la presencia y de la ausencia, evoca la carencia de ser bajo las tres figuras del nada que constituye el fondo de la demanda de amor” [3]

B, joven analizante, relata que ha conseguido conquistar al muchacho del que se enamoró en un “Erasmus” cuando él estaba en pareja desde hacía tiempo con otra chica que lo esperaba en su ciudad de origen. A pesar de ser la nueva elegida, de haberle sido otorgado el lugar de novia oficial y de haber sido acogida con curiosidad y alegría en la gran familia de él.. a pesar de que todo, finalmente, parezca encajar para ellos, en una reciente visita B sueña que están en la ciudad de él y entran de la mano en un local donde se encuentran con “la ex”

“Entonces él suelta mi mano y yo busco la forma de ausentarme para dejarlos a solas”

Pregunto “¿él suelta tu mano?”

“Bueno, no exactamente”, se corrige: “soy yo la que suelta la suya”

B interpreta que es ella la que hace permanecer a la otra en la escena, invitando a su chico a que recapacite sobre lo acertado de su decisión de sacar a su ex de su vida a pesar de la insistencia de él sobre lo definitivo de su elección.  

¿Despertar a este eterno soñante que es el ser hablante? se plantea en el texto de presentación. Siguiendo la enseñanza de Lacan no se trataría, en mi opinión, de un crudo despertar al real de la inexistencia de la relación sexual, así como tampoco del mantenimiento ingenuo de un amor idealizado en una realidad sin fisuras. Se trataría, más bien, de acompañar al sujeto, de ayudarlo a orientarse en las condiciones estructurales de su deseo con el fin de mantenerse vivo en él.


[1] Fajnwaks, F. «El destino del deseo del Otro en los sueños del ultra-pase», Scilicet. El sueño. Su interpretación y su uso en la cura
lacaniana, Grama ediciones, año 2020, p. 126.

[2] Lacan, Jacques, “La dirección de la cura y los principios de su poder”. Escritos 2 p. 604

[3] Lacan, Jacques, Ibidem, p. 609

Ivana Maffrand. Miembro de la ELP y AMP. Madrid.

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