Destello de Betina Ganim

El sentido de los sueños y la poesía isla de Robert Graves

En su libro El sentido de los sueños, Robert Graves relata las pesadillas crónicas que sufrió[1] durante muchos años, después de haber pasado largo tiempo en las trincheras (1914-1918)[2], sueños que lo arrastraron a un estado de mucha angustia y miedo, lo que en aquel entonces se llamó en el campo médico neurosis de guerra, dentro de las consideradas neurosis traumáticas.

Fueron años de confusión y mucha angustia, relata Graves en su memorias.

La posibilidad de nuevas guerras lo atormentaba “Yo no sabía en aquel entonces que lo que me provocaba tal estado de ansiedad era el miedo a la guerra, y creía que si me dejaba tratar por un profesor de la Nueva Psicología que supiera interpretar mis sueños podría llegar a curarme”. Pero tenía “temor a que la cura fuera demasiado eficaz”. Refiriéndose al psicoanálisis y a Freud, había oído decir que curarse implicaba, siendo poeta, nunca más escribir poesía.

Ese era entonces su  conflicto mental. “¿Qué es más importante, la ambición poética o una mente serena?”

Cuarenta años después, habiendo dejado atrás la poesía bélica, y siendo un consagrado poeta, escritor y ensayista, escribe: “Ser psicoanalizado es tener a Freud implantado dentro de ti. Y tú mismo te mueres” (2) Se deduce entonces cuál había sido su elección.

Hay que decir que había un tejido previo a las marcas de la guerra: su pasión por la poesía. Él mismo dice en un documental -que se expone en La casa de Robert Graves en Deià, Mallorca- que ya había encontrado su solución; y se había servido de ella para soportar tanto hedor mortífero. Así, con 29 años escribe Good bye to all that, la autobiografía con la que se pretende despedir de todo eso, y deja Inglaterra.

Lo que me llamó la atención de su libro El sentido de los sueños es que finalmente se aleja de él, del sentido, del simbolismo propio del género literario al que pertenece: el romanticismo.  

Podría decir que Robert Graves sostiene allí un más allá del simbolismo, ubicándose fuera de las tendencias y las modas de la escena literaria de su época.

Robert Graves dejó atrás “todo eso” que lo atormentaba; dejó de escribir poesía bélica y se refugió en la naturaleza y en el poder de sus musas (encarnaciones de la Diosa Blanca) en una isla lejana, haciendo de su poesía, como algunos la llaman, una poesía isla.  Que no es más que eso Otro que encerraba para él la poesía romántica.

Así como en los sueños -dirá Graves- hay algo en el poema que escapa a lo simbólico y responde más bien a una pulsión inspiradora grata al corazón romántico, y una vez escrito el poema, no se sabe quién lo ha escrito…

(1)GRAVES, Robert. El sentido de los sueños. Ed. Península. Barcelona, 2007.

(2)GRAVES, William. Bajo la sobra del olivo (La Mallorca de Robert Graves)

Notas:

Este texto se encuentra encontrar también publicado en, La ciutat de las Lletres, en su versión en catalán.

Betina Ganim, Psicoanalista practicante en Mallorca, miembro de la ELP y de la AMP,inscripta en la Sede Barcelona de la Comunitat de Catalunya.


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