“¿Qué piensa de las relaciones que existen entre usted y Kierkegaard a propósito de la angustia?
No pueden imaginarse aún hasta qué punto se me atribuye un pensamiento. Basta con que hable de alguien para que se considere que condesciendo. Es el vértigo universitario tipo. E efecto, ¿por qué no iba a hablar yo de Kierkegaard? Está claro qe si pongo todo este acento sobre la angustia en la economía, porque se trata de economía, evidentemente no voy a ignorar que, en un momento dado, ha habido alguien que representó la aparición, el advenimiento, no de la angustia sino del concepto de la angustia, que es como el propio Kierkegaard titula expresamente una de sus obras. No es sin motivos si históricamente este concepto ha aparecido en un determinado momento”
Lacan, Jacques. Clase X: Conversación en los escalones del panteón. Seminario XVII: El reverso del psicoanálisis. pp. 153-160. Citas en pp.154-155. Buenos Aires, Paidos, 1992
“En esto insisto cuando hablo de los afectos, es el afecto que se distingue de entre todos, el de la angustia, supuestamente sin objeto. Vean todo lo que se ha escrito sobre la angustia, siempre se insiste en esto – el miedo tiene una referencia a un objeto, mientras que la angustia es supuestamente sin objeto. Yo digo, por el contrario, que la angustia no es sin objeto. Lo he articulado hace ya mucho tiempo y es muy evidente que sigo teniendo todavía el deber de explicárselo.
En aquel momento, no designé este objeto con el término de plus de goce, lo que demuestra que había algo que tenía que construir antes de que pudiera nombrarlo así. Es de manera muy precisas el… no puedo decir el nombre porque, precisamente, no es un nombre. Es el plus de goce, pero no es nombrable, incluso cuando se lo nombra de forma aproximativa, se traduce de esta forma. Por esa razón se ha traducido con el término de plusvalía .Este objeto sin el cual no hay angustia puede abordarse aun de otra manera. Precisamente a esto le he ido dando, en el transcurso de los años, cada vez más forma. En particular, he dado a muchos charlatanes la oportunidad de precipitarse a una redacción apresurada de lo que yo podía querer decir con el término de objeto a.”
Lacan, Jacques. Clase X: Conversación en los escalones del panteón. Seminario XVII: El reverso del psicoanálisis. pp.153-160 (cita en pp157-158). Buenos Airea, Paidos, 1992
“El psicoanalista ideal sería el que comete ese acto absolutamente radical, del cual lo menos que puede decirse es que verlo hacer es angustiante.
Un día, en la época en que trataban de negociarme, intenté, porque formaba parte de la ceremonia, anticipar algunas cosas sobre este tema. En efecto, a la vez que me negociaban, querían también aparentar que se interesaban por lo que yo podía tener que decir sobre la formación del psicoanalista, y anticipe, en medio de una indiferencia absoluta por supuesto, ya que estaban ocupados unicamente en lo que ocurría en los pasillos, que no hay ninguna razón para que un psicoanálisis cause angustia. La angustia – ya que es con esto que nos enfrentamos – , está muy claro, si existe la letosa, que no es sin objeto. De eso partí. Un mejor enfoque de la letosa debe calmarnos un poquito más.”
Lacan, Jacques. Clase XI: Los surcos de la aletosfera. Seminario XVII: El reverso del psicoanálisis. pp. 161-176 (cita en pp.174-175). Buenos Aires, Ed. Paidos, 1992