“La inclinación a la defensa frente a lo sexual es reforzada todavía por el hecho de que la excitación sexual tiene en la virgen una mezcla de angustia, el miedo a lo desconocido, vislumbres de lo que vendrá, en tanto que en los varones jóvenes, sanos, naturales, es una pulsión agresiva sin mezcla. La muchacha vislumbra en Eros el temible poder que gobierna y decide su destino, y le provoca angustia. Tanto mayor es, pues, la inclinación a no verlo y a reprimir lo angustiante afuera de la conciencia.”
Freud, S. (1893-1895). 6. Predisposición originaria; desarrollo de la histeria, en III Parte teórica (Breuer). Obras Completas. Vol.II. Buenos Aires: Amorrortu Editores. P.255.