Cita 24

“ANGUSTIA INFANTIL. Los propios niños se comportan desde temprano como si su apego por las personas que los cuidan tuviera la naturaleza del amor sexual. La angustia de los niños no es originariamente nada más que la expresión de su añoranza de la persona amada; por eso responden a todo extraño con angustia; tienen miedo de la oscuridad porque en esta no se ve a la persona amada, y se dejan calmar si pueden tomarle la mano. Se sobrestima el efecto de todos los espantaniños y todos los horripilantes relatos de las niñeras cuando se los hace culpables de producir ese estado de angustia. Sólo los niños que tienden al estado de angustia recogen tales relatos, que en otros no harán mella; y al estado de angustia tienden únicamente niños de pulsión sexual hipertrófica, o prematuramente desarrollada, o suscitada por los mimos excesivos. En esto el niño se porta como el adulto: tan pronto como no puede satisfacer su libido, la muda en angustia; y a la inversa, el adulto, cuando se ha vuelto neurótico por una libido insatisfecha, se porta en su angustia como un niño: empezará a tener miedo apenas quede solo (vale decir, sin una persona de cuyo amor crea estar seguro) y a querer apaciguar su angustia con las medidas más pueriles”.

Freud, S. (1905). Tres ensayos de teoría sexual. Obras Completas. Vol. VII. Buenos Aires: Amorrortu Editores. P.204

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